Quiero compartir con ustedes una pequeña analogía entre el viaje que significa la vida y el medio de transporte en el que debemos convertirnos para recorrerlo.
Y es así amigos y amigas. La vida es como un viaje en un vehículo, como ese gran paseo que hemos esperado y en el que llega el gran día y nos subimos al autobús que nos transportara y vemos que está lleno de personas que nunca hemos visto, algunos hablan, otros escuchan música, otros duermen, algunos otros leen y te enteras de que es un transporte lleno de historias por descubrir y de momentos que desconocemos.
Entonces nacemos e inicia el tan anhelado viaje y por el camino, nos encontramos con baches en la carretera, es decir pequeños golpes que la vida nos da.
Nos encontramos con retenes vehiculares, que no son más que pausas para respirar y organizar nuestras acciones.
Continuamos el viaje y aparecen los cambios en las vías, que nos obligan y en el fondo nos ayudan a replantear opciones.
Al nacer, es decir al empezar el viaje nos encontramos con nuestros padres y creemos que siempre estarán a nuestro lado, pero en algún retén, en algún cambio de vía, en algún pare y estación.
Ellos se bajarán dejándonos en el viaje, solos; despidiéndose desde la ventana, para no volver a subir.
De la misma forma se subirán otras personas de nuestra familia, serán significativos nuestros hermanos, amigos e hijos y hasta el amor de nuestra vida.
Muchos de ellos se bajaran, otros nos acompañaran un rato más, muchos se van a quedar del viaje sin razón alguna, bajaran y no volverán a subir dejando un vacío que deberemos aprender a sobrellevar.
Otros pasarán tan desapercibidos que ni nos daremos cuenta en que momento de nuestro viaje desocuparon sus asientos y se fueron.
Por supuesto este viaje estará lleno de alegrías, tristezas, fantasías, sueños, anhelos, esperas y muchas despedidas.
Entonces el autobús sigue avanzando y nuestra vida va pasando y te das cuenta de que el éxito consiste en tener una buena relación con todos los pasajeros que van dentro del autobús, dentro de ti.
Una buena relación mientras exista, mientras estén con nosotros, mientras nos acompañen. Pues después de que ellos abandonen el autobús, se aparten de nuestra vida, debemos de tomar lo aprendido y seguir adelante construyendo nuestra propia historia.
Nuestro propio camino.
Y como siempre. Déjame aquí abajo en los comentarios cuál ha sido tu mejor viaje hasta el momento. Qué es eso que te gustaría compartir. O simplemente como ha sido tu viaje hasta el día de hoy.
Invitándote desde ya a trabajar juntos, a que me sigas en todo mi viaje y desarrollo que realizo, contigo y el proceso ayudarte en tu viaje. ¡Te espero!